¿Cuántas veces habéis escuchado por RRSS que no usemos aluminio en nuestra cocina? Tal vez muchas, tal vez ninguna. Pero he creído conveniente hacer este pequeño vídeo para explicar este controvertido material.
El aluminio es un contaminante químico, que está presente en aguas y en la tierra de forma totalmente natural (guiño a que no siempre lo Natural es bueno). En alimentación, tecnología de alimentos y producción está relativamente bastante presente. Lo podemos encontrar en aditivos, en materiales de contacto directo, en aguas contaminadas, aire contaminado, medicamentos o cosméticos o incluso en nuestros utensilios de cocina.
También se usa en tetrabriks y latas, pero para ello se intercala una capa de resina protectora que evita que haya un contacto directo con el líquido de gobierno y por tanto, transferencia al alimento. La migración no es más que un traspaso de contenido de aluminio que hay en las láminas de »papel» de aluminio, a los alimentos o líquidos que los conservan.
Por ahora, la EFSA no ha considerado al aluminio como un carcinógeno para el ser humano, no obstante hay límites que se fijaron como principio de precaución, ya que SÍ, es bioacumulable en huesos, cerebro, riñones, atraviesa la barrera placentaria y se puede incluso transmitir al bebé. Los estudios que a día de hoy se han realizado en animales de experimentación demuestran efectos neurológicos y toxicidad.
En el caso de la migración del papel de aluminio se produce en presencia de calor y/o sustancias ácidas.
Aquí os dejo mi pequeña aportación con respecto al uso del papel de aluminio y las recomendaciones que podemos tener en cuenta para su manejo en el hogar.
Te explicamos estas recomendaciones en el siguiente vídeo.