Como parte de la regulación que garantiza la seguridad alimentaria, las normas BRC e IFS aseguran que se alcanza la mejor calidad y estándares de seguridad en los productos de alimentación. Sin embargo, existen varias diferencias entre ellas que afectan al mercado objetivo y que es importante conocer.
La reglamentación BRC toma su nombre del British Retail Consortium, asociación de minoristas de alimentación británicos que la desarrolló y publicó en 1998 con el fin de adaptarse a las exigencias de seguridad que comenzaron a tener los proveedores de marcas blancas. IFS, por su parte, son las siglas de International Featured Standard y fue desarrollada e implantada por las federaciones de distribución de Alemania, Francia e Italia en 2003. Pese a que inicialmente sus siglas hacían alusión al International Food Standard, su trascendencia y desarrollo en el sector implicó el cambio de nombre para abarcar todos sus estándares específicos.
Las dos versiones más recientes son la IFS Food 7, publicada en octubre de 2020, y la BRC 8. Ambas van dirigidas a los proveedores de los principales distribuidores de productos de alimentación, pero los pasos a seguir para su puesta en marcha son distintos. La base de las auditorías es muy similar, pero los criterios evaluados y el sistema de puntuación y clasificación son diferentes en cada norma. Además, cuentan con un reconocimiento a gran escala, pero la presencia a nivel mundial de IFS y BRC es distinta.
¿Qué exige la norma BRC?
Los principales requisitos que fija el estándar BRC son;
- Compromiso y mejora continua. Por parte del equipo directivo de la organización.
- Sistema de gestión de la seguridad y calidad alimentaria. Auditorías internas, manual y declaración de calidad y seguridad, trazabilidad y gestión de proveedores de materias primas y envasado.
- Normas en las instalaciones. Además de los estándares relativos al interior y exterior, aplicar el plan APPCC, realizando control de plagas y de contaminación física o química del producto.
- Control del producto. Control del diseño, de la manipulación de materiales con alérgenos, detección de cuerpos extraños y pruebas de laboratorio.
- Control de procesos. Verificando los dispositivos de medición y control.
- Personal. Que cuenten con la formación necesaria y la titulación BRC versión 8, hayan pasado las revisiones médicas necesarias y empleen ropa protectora.
Una vez la fábrica cuente con todos los requisitos exigidos, podrá comenzar el proceso de certificación BRC que consta de cuatro pasos;
- Propuesta. El organismo de certificación facilita a los fabricantes una propuesta de concesión en función de las características de la organización. Si estos la aceptan, se procede con la auditoría.
- Auditoría previa. Se ofrece la posibilidad de identificar puntos débiles y reforzar la confianza antes de la auditoría BRC formal.
- Auditoría formal. Auditoría in situ en la que se evalúan todas las instalaciones y el proceso ejecutado para determinar el cumplimiento de las cláusulas establecidas. Tras realizarla se envía a los fabricantes un informe de acción correctiva con las No Conformidades observadas, que deben solucionarse con otra visita in situ en un plazo de 28 días o entregando pruebas. Una vez resueltas y aceptadas por el auditor, un Gerente de Certificación procede a la revisión técnica y aprueba la emisión del certificado.
- Auditorías de rectificación. En función de la calificación obtenida en la auditoría de certificación, se realizarán reauditorías completas a los seis meses en los casos de la calificación C o doce meses en las calificaciones A y B.
¿Qué exige la norma IFS?
Los principales requisitos de la norma IFS son;
- Responsabilidad directiva. Fijando políticas empresariales que garanticen las revisiones y estructura empresarial.
- Sistema de gestión de calidad y sistema APPCC. Junto con la creación de un equipo formado para el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control y con la titulación IFS versión 7.
- Mejoras y análisis de mediciones. Auditorías internas, análisis del producto, gestión de incidentes, control del proceso, inspecciones de fábricas y verificación de los dispositivos de control.
- Control del proceso productivo. Trazabilidad, métodos de producción y tratamiento de alérgenos, trazabilidad, detección de cuerpos extraños, control de plagas y limpieza e higiene, entre otros.
En cuanto al proceso de certificación IFS es exactamente igual que en el caso de la normativa BRC, únicamente cambian los plazos. Tras la auditoría formal y la recepción del informe de acción correctiva de las No Conformidades, se dispone de dos semanas para solucionarlas entregando pruebas o con otra auditoría in situ. Con esta última versión de IFS, se introduce el concepto de Auditoría No anunciada. En un periodo de tres años máximo, las empresas tendrán su auditoría formal sin notificación previa.
El certificado correspondiente a la norma IFS es válido durante un año por lo que a los doce meses se realizará una auditoría de rectificación completa.
Tipos de certificaciones IFS o BRC
Además de la certificación IFS Food 7 y la BRC Food, relativas a normas de calidad de alimentos, existen otros estándares específicos que establecen las normas IFS y BRC;
- BRC Packaging e IFS Packsecure. Para proveedores de materiales de embalaje, aplicándose actualmente la norma BRC Packaging v6.
- IFS Broker y BRC Broker. Garantiza el vacío entre los procesos de producción y distribución.
- IFS Logistic y BRC Almacenaje/Distribución. Referentes al almacenaje y a la cadena de distribución de productos alimentarios.
- IFS Cash & Carry/Wholesale. Para mercados de Cash & Carry y mayoristas que comercializan productos a granel.
- BRC Retail. Para establecimientos que venden sus productos al por menor.
- IFS HPC. Referentes al tratamiento de productos de uso doméstico y cuidado personal.
¿Cuáles son sus ventajas principales?
Las mejoras que implican para la empresa los certificados IFS y BRC abarcan diversos aspectos, algunos de ellos compartidos, pero se diferencian y destacan por sus ventajas propias. Los fabricantes que obtienen la certificación BRC se benefician de sus puntos fuertes;
- Se centra en la calidad, seguridad y legalidad alimentaria.
- Aporta directrices claras sobre el tratamiento y los requisitos del control de procesos e higiene.
- Ofrece la posibilidad de llevar a cabo una auditoría voluntaria de rectificación y demostrar el alto nivel de compromiso de la empresa.
- Proceso de certificación sencillo con una única auditoría in situ sin estudios técnicos adicionales.
Por otra parte, las empresas que obtienen la certificación IFS se benefician de aspectos anteriores como el proceso de certificación sencillo y la calidad, seguridad y legalidad, pero aporta otros puntos fuertes;
- Se pueden elaborar auditorías de manera completamente electrónica. Esto permite importar, analizar y realizar evaluaciones comparativas por categorías y años.
- Concede doce meses para realizar las acciones correctivas, facilitando la planificación del presupuesto.
- Cuenta con una red de oficinas mundial que dan soporte a minoristas y proveedores.
Una fábrica que cuenta con profesionales cualificados en las normativas IFS 7 y BRC 8 es un referente mundial para proveedores y minoristas, además de poder acceder a nuevos mercados nacionales e internacionales que exigen el cumplimiento de estos estándares. Si quieres implantar en tu empresa la Certificación BRC e IFS o necesitas más información sobre cómo obtenerlas, no dudes en ponerte en contacto con la Escuela Europea de Empresas y consultar su Curso de Auditor Interno IFS 7 – BRC 8.