Homologación de proveedores
Todos sabemos que el asunto de los proveedores es de lo más complejo de controlar en una industria alimentaria de alimentos procesados.
IFS y BRCGS a sabiendas de esto, hacen muchísimo hincapié en su control, gestión, homologación y demás.
A la hora de homologar un proveedor, se debe tener definido el proceso al completo en un procedimiento de compras o de evaluación de proveedores para que no sea cuestión de azar que se realice de una forma o de otra.
Por ejemplo: imprescindible que tengan certificado de calidad (ISO 9001), evaluar las materias primas que nos suministran, la calidad del servicio, las garantías que nos aportan con la compra, si los auditamos o no..
No contentos con esa primera homologación, debemos renovarla anualmente, ya que en un año pueden cambiar muchas cuestiones.
Pasos imprescindibles para homologar proveedores
La primera cuestión de perogrullo es que estén en disposición del Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos (RGSEAA) de la clave correspondiente.
No sabéis la de anécdotas que nos contó Inma Piñero, ponente de nuestro máster de Calidad y Seguridad Alimentaria respecto a los errores que hay en este punto.
Evaluación de riesgo de la materia prima de proveedores
Otro punto de partida sería analizar el riesgo que tenemos en esta relación comercial de la materia prima ¿Qué compramos y qué riesgo tiene asociado?. La susceptibilidad a la contaminación, fraude, legalidad o calidad de sus productos determinarán las acciones que como empresa realizaremos en el momento de la homologación y compra de los suministros.
- Posible contaminación microbiológica y si se considera vulnerable (ejemplo: producto cárnico) o más estable (por ejemplo la sal)
- Posible contaminación por cuerpos extraños, teniendo cuenta por ejemplo que al introducir un producto a granel como puede ser un silo de cereal o una cisterna de aceite.
- Evaluar la posible contaminación química que conozcamos tradicionalmente, como por ejemplo las aflatoxinas en el maíz.
- Tener en cuenta el contenido de alérgenos y si puede contener trazas. ¿El proveedor analiza frecuentemente este punto=
- No olvidar si la materia prima es muy vulnerable a la adulteración, como puede ser el caso del aceite de oliva, azafrán y otros alimentos conflictivos como la miel.
Para terminar, ¿Tienen algún sello de calidad o norma de seguridad alimentaria implantada? Si el proveedor no sabe ni qué significa ISO 9001 o IFS, es relativamente necesario auditarlo en sus propias instalaciones.
No podemos confiar en que cualquier proveedor cumple con los requisitos para la producción comercialización óptima de sus productos a menos que tengamos evidencias.
En función de la confianza que nos transmitan en todos estos puntos, asignaremos unos controles u otros a cada proveedor.
Todos sabemos que es una tarea ardua que nos trae de cabeza al departamento de calidad, pero necesitamos empezar por la seguridad alimentaria y calidad de nuestras materias primas.
Si te apetece conocer más sobre la homologación de proveedores según las normas internacionales de seguridad alimentaria, tenemos una nueva edición de nuestro curso de Auditor Interno IFS y BRCGS donde dedicamos varios apartados a explicar con detenimiento esta relación.
Una fábrica que cuenta con profesionales cualificados en las normativas IFS 7 y BRC 9 es un referente mundial para proveedores y minoristas, además de poder acceder a nuevos mercados nacionales e internacionales que exigen el cumplimiento de estos estándares. Si quieres implantar en tu empresa la Certificación BRC e IFS o necesitas más información sobre cómo obtenerlas, no dudes en ponerte en contacto con la Escuela Europea de Empresas y consultar su Curso de Auditor Interno IFS 7 – BRC 9.
Contenido escrito por Verónica Álvarez, experta en normas GFSI y consultora de industrias.