En el año 2020 el “Codex alimentarius” ha sido actualizado introduciendo la cultura de seguridad alimentaria como uno de sus principios.
Mencionada actualización es debida al texto expositivo que publica el GFSI (Iniciativa Mundial de Seguridad Alimentaria), en el año 2018.
Para ello, crean 35 diversos grupos de trabajo y elaboran el texto teniendo como objetivo elaborar una exhaustiva guía. Ésta engloba 5 dimensiones las cuales pueden ser de utilidad a las empresas para crear plan de cultura de seguridad o inocuidad alimentaria.
Desarrollar un plan de cultura de seguridad alimentaria
En el párrafo anterior hemos mencionado algunos de los preceptos legislativos que pueden afectar a cualquier industria alimentaria en materia de seguridad.
Ahora bien, para desarrollar un plan de cultura de seguridad alimentaria es necesario entender que es mucho más que adoptar una serie de cambios referentes al producto, la atención o los procesos a los que pueda someterse.
Tanto los clientes potenciales de una compañía como sus trabajadores, cada vez están más informados. Por ello demandan una mayor calidad a todos los niveles. Esperan una mejor atención, información detallada sobre el producto, expectativa muy alta en higiene, transparencia corporativa, buen ambiente de trabajo…
Por lo tanto, como plantea el GFSI (Global Food Safety Initiative) en su texto expositivo, para que una empresa pueda desarrollar un plan de cultura de seguridad o inocuidad alimentaria eficiente, debe prestar atención a las 5 dimensiones (las desarrollamos más adelante) que tienen que ver con un liderazgo eficiente, con la sensibilización de todos los componentes de una empresa, con un compromiso con la calidad y la consistencia.
El primer paso es valorar cómo lo estamos haciendo, es necesario hace un diagnóstico. A partir de ahí, nos planteamos cómo debemos hacerlo en adelante, estableciendo unos objetivos en coherencia con nuestro propósito, el cual es desarrollar un plan de cultura de seguridad alimentaria que funcione.
Enlace de interés: Documento Expositivo de la iniciativa de seguridad alimentaria (GFSI)
Fases de creación del plan de cultura de seguridad alimentaria
- Visión y Misión. Consiste en identificar los valores con los que nos identificamos como compañía, y cómo se traduce en la expectativa y mensajes que trasladamos a nuestros actores clave. Es esencial utilizar mensajes efectivos en relación con la seguridad alimentaria, a lo largo y ancho de la organización. Deben ser mensajes claros, concisos y coherentes, teniendo claro quiénes somos y quiénes queremos llegar a ser.
- Personas. Representan un componente crítico en materia de seguridad alimentaria. Nuestro comportamiento en relación al alimento y sus procesos, puede potenciar o decrecer el riesgo de enfermedad. Por este motivo, es importante establecer una estructura concreta con roles y responsabilidades bien definidas. Los mensajes que se emiten por parte de los líderes y gerentes de las empresas, al ser coherentes y consistentes, permiten que todos los integrantes de la misma los entiendan y los puedan aplicar en sus respectivos roles.
- Consistencia. Se refiere a la adecuada alineación entre las prioridades en seguridad alimentaria con los requisitos sobre las personas, la tecnología y los procesos para así asegurar la aplicación del programa que refuerce la cultura de seguridad o inocuidad alimentaria. Esta consistencia ocurre en acciones variadas que incluyen la responsabilidad, el cumplimiento de las pautas, la medición del desempeño y, finalmente, la documentación que lo acredita.
- Adaptabilidad. Consiste en la capacidad que pueda tener una compañía para ajustarse a las condiciones que puedan cambiar en su entorno. En este sentido, cuando decimos que una empresa tiene un alto grado de adaptabilidad significa que tiene una clara habilidad para anticiparse, prepararse o adaptarse al inminente cambio. Una vez más destaca la importancia de un liderazgo fuerte y comprometido para ser eficientes y competitivos.
- Conciencia de los Peligros y Riesgos. El entendimiento de todos los Peligros y Riesgos es clave para establecer una cultura efectiva en seguridad alimentaria. Se puede conseguir con formación continua tanto a los nuevos empleados como al resto, con el uso de parámetros, con premios y reconocimiento o con acciones disciplinarias. El objetivo es reforzar la importancia del reconocimiento y control de los peligros relacionados con la seguridad alimentaria.
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