La seguridad alimentaria es un factor que preocupa cada vez más a las empresas, productores y consumidores. Con el objetivo de asegurar la mejor calidad y estándares de seguridad posibles, la reglamentación alimentaria se ha ido desarrollando para identificar y solucionar las causas de diversos problemas. Las normativas del British Retail Consortium (BRC) y de la International Food Standard (IFS) son parte de este desarrollo. Ambas establecen protocolos cuya finalidad es alcanzar un sistema de gestión de una calidad y seguridad superior, además de dar la oportunidad a las empresas que estén certificadas de ser competentes en el mercado internacional.
La norma IFS unifica todas las necesarias para los proveedores y es indispensable para asegurar a clientes y consumidores que los productos cumplan los requisitos de seguridad jurídica. Por su parte, la norma BRC es específica para la industria agroalimentaria y las empresas fabricantes o envasadoras de productos de alimentación.
Obtener estas certificaciones de calidad y seguridad alimentaria permite a los profesionales del sector agroalimentario trabajar bajo los requisitos más exigentes actualmente en la industria.
Si buscas el reconocimiento nacional e internacional tanto con tus clientes como con tus proveedores, los cursos de IFS y BRC de la Escuela Europea de Empresas te permitirán ganar su confianza. Tras cursarlos, todos los profesionales estarán capacitados para asumir las respectivas responsabilidades seguridad alimentaria de su puesto y para realizar auditorías internas de calidad y seguridad.
¿Cómo implantar una IFS o BRC?
A la hora de implantar un sistema de gestión de seguridad alimentaria como el requerido por la normativa IFS o BRC, hay que tener en cuenta que no solo basta con cumplir una serie de requisitos en las infraestructuras de la empresa, sino que todos los empleados tienen que ser partícipes y conscientes de lo que implica. Esto se debe a que para llevar a cabo los protocolos establecidos es indispensable que cada profesional esté formado y cumpla las responsabilidades propias de su puesto.
El equipo directivo debe comprometerse a la mejora continua, y junto con el equipo de calidad y, realizar auditorías internas, que permitan localizar las desviaciones, encontrar la raíz de su origen, y aplicar acciones correctivas. Por su parte, los profesionales de las zonas de manipulación, tanto de las materias primas como de procesado, envasado, almacenamiento o expedición, también tienen que cumplir con los procedimientos establecidos. Una correcta limpieza e higiene personal, la gestión de materiales extraños y de alérgenos, y el control del etiquetado y envases, son algunos de ellos.
Por ello, es fundamental la concienciación de una cultura de seguridad y calidad de todo el personal para implantar correctamente los requisitos de ambas normativas.
Requisitos IFS y BRC
Los requisitos encontrados en ambas nomas abordan los siguientes aspectos:
- Compromiso del equipo directivo. Establecer una política de actuación y adoptar valores actitudes en conjunto con el resto de profesionales, que permita a la empresa bajo una constante mejora continua
- APPCC. Establecer un plan de Seguridad Alimentaria eficiente que garantice la obtención de productos inocuos para el consumidor
- Gestión eficaz de los recursos, tanto del personal como de las instalaciones.
- Sistema de Control de productos, procesos y personal. Controlar el producto en todas sus etapas teniendo en cuenta los alérgenos y la cadena de custodia. Controlar las operaciones productivas y los equipos empleados, y además la higiene y formación de todo el personal que intervenga en la cadena.
- Camino constante hacia la mejora continua, mediante la realización de inspecciones, análisis y auditorías internas que permitan la evaluación de todos los requisitos de la norma.
¿Qué mejoras implican para la empresa?
Los certificados IFS y BRC son indicadores de que una empresa sigue los procesos necesarios para garantizar la seguridad de sus productos y que cumplen altos niveles de exigencia de calidad en todos los procesos. Con ello mejora la relación con clientes y proveedores, proporcionándoles la confianza de unas normas que son estándares de reconocimiento internacional. Además de ser una garantía de cara al consumidor, en la organización contribuye a optimizar el trabajo;
- Estandariza el proceso de producción y mejora las deficiencias.
- Establece la transparencia durante toda la cadena de producción.
- Permite el acceso a nuevos mercados que exigen estas normas y a nuevos clientes, nacionales e internacionales.
- Control eficiente de los riesgos para la seguridad alimentaria.
- Mejora el rendimiento laboral.
- Cumplimiento riguroso de toda la legislación alimenticia.
- Dota de defensa legal en caso de incidentes.
Otras Certificaciones IFS y BRC
Además de la certificación IFS Food y BRC Food existen otras certificaciones acreditadas por estas dos asociaciones:
- BRC Food y IFS Food. Para fabricantes y envasadoras de productos alimenticios.
- BRC Envases/Embalajes y IFS Packsecure. Como guía de seguridad y calidad para proveedores de materiales de embalaje de productos alimentarios, en el caso de IFC de los no alimentarios también.
- BRC Almacenaje/Distribución y IFS Logistics. Para asegurar buenas prácticas en el almacenamiento de productos alimentarios y en su cadena de distribución, en el caso de IFC de los no alimentarios también.
- IFS Cash & Carry/Wholesale. Para optimizar las auditorias de mayoristas y mercados de Cash & Carry que comercializan a granel.
- IFS HPC. Para empresas que procesan o tratan productos de cuidado personal y/o uso doméstico que van a entrar en contacto con el cuerpo directa o indirectamente.
Una empresa que cuenta con la certificación BRC y/o IFS es un referente tanto en terminos de calidad y seguridad alimentaria como en el equipo de profesionales comprometidos y cualificados que la conforman.
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