No es que sea complicado entender las etiquetas, simplemente, entender que siempre las miramos con ojo de consumidor/consumidora.
Cuando vamos a comprar, nadie se toma el tiempo para interpretar DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL PRODUCTOR Y LA LEGISLACIÓN qué significan todos esos mensajes de las etiquetas, por lo tanto, acabamos comprando como buenos consumidores, confiando en que nuestra interpretación, es la correcta.
Siendo nosotros parte de ese sistema de producción de alimentos como principales responsables de elaborar el etiquetado, vamos a asentar las bases del tema, y más adelante, ¡ya veremos!.
¿Qué debe incluir la etiqueta de un producto alimentario?
La etiqueta del alimento debe incluir:
- En productos envasados, la denominación del alimento; lista de ingredientes; ingrediente o coadyuvante tecnológico que cause alergias o intolerancias; cantidad de determinados ingredientes o de determinadas categorías de ingredientes; cantidad neta del alimento; fecha de duración mínima o la fecha de caducidad; condiciones especiales de conservación y/o las condiciones de utilización; nombre o la razón social y la dirección del operador de la empresa alimentaria; país de origen o lugar de procedencia; modo de empleo; grado alcohólico para las bebidas de más de 1,2% en volumen de alcohol; y la información nutricional.
- Las denominaciones obligatorias de las etiquetas se situarán de manera que sea fácilmente visible y siempre debe estar disponible para el consumidor.
No obstante, esta información obligatoria varía dependiendo del formato en el que se disponga el alimento (envasado, envasado por minorista, a granel…). En el caso de los productos envasados esta información figurará directamente en el envase o en una etiqueta sujeta al mismo. Según el Reglamento 1169/2011 sobre información facilitada al consumidor, esta información debe ser fácilmente visible y claramente legible, y nunca puede estar disimulada o tapada.
Errores más frecuentes en el etiquetado de alimentos
Como tod@s podremos comprobar con desde la Red de Alerta Alimentaria de AESAN, encontramos frecuentemente errores en el etiquetado.
- Algunos de ellos no solo incumplen la legislación, sino que además suponen un riesgo elevado para el consumidor. Actualmente si consultamos la página anteriormente citada, la mayoría de errores en etiquetado ocurren por destacar inadecuadamente los alérgenos. No cabe ninguna duda del riesgo que supone para un consumidor alérgico o intolerante un producto mal etiquetado.
- En inspecciones y auditorías se suelen encontrar otros errores, por ejemplo, en la información nutricional. Esta debe ser veraz y estar justificada. En ocasiones las empresas no han actualizado esta información con los últimos análisis, o simplemente por introducción o modificación de materias primas en el producto que hacen que este porcentaje varíe.
- Pasa igual con la fecha de caducidad o consumo preferente. La empresa debe justificar este periodo que le da al producto, mediante análisis o datos bibliográficos si se trata de productos simples, y en ocasiones se comprueba que se da una fecha superior a la que se debería.
Finalmente, pese a que se lleva la peor parte de la opinión del consumidor, ya que es el DNI del producto, todo en el etiquetado debe estar correctamente justificado y asesorado.
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